El
otro día me vi teniendo que viajar por razones artísticas, debiendo atravesar la
península durante diez horas, el medio locomotivo no era otro que ir en
supositorio metálico sobre raíles; ante la acumulación de horas, uno se harta
de ver nuestros ricos paisajes y termina pasando a prestar atención al
paisanaje, pues reuniose a mi alrededor, representación real de lo que somos
como pueblo.
Evidentemente
el primero de los especímenes a retratar no puede ser menos que aquel que cada
vez que se sube a un medio de transporte, siente la obligación de hacernos
saber la puta mierda de música que escucha a toda potencia desde un dispositivo
móvil (por lo general, basura bakaladera o reggeatonera), pasándose por el
forro las más mínimas normas sociales e ignorando lo nocivo que eso puede ser
para su salud (al poder toparse con alguien sin nada que perder).
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"The real Iron Man" |
Pronto
se unieron a la fiesta la inevitable familia verdulera (símil rancio del
televisivo tertuliano político), estos protohomínidos no dan callada, suelen
ser grupos de tres o más personas que hablan entre ellos sin que exista espacio
para el silencio, es la corrupción total del muro de sonido de Phil Spector,
capas y capas de frases como una mala partida de tetris y todo ello a un
volumen decibelico atronador.
¡Pasen
y vean, damas y caballeros! También tenemos al espécimen que quiere entrar o
salir del vagón sin entender o comprender las básicas nociones del orden por
cercanía. Los argumentos de los que hace uso son su mirada de 45º hacia el
suelo y su embestida en zig-zag (el modelo suele venir con prestaciones tales
como: estrabismo, unicejalidad y pelo rapado al uno).
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"Ming sintozinando el Carrusel Deportivo desde Mongo" |
Damas
y caballeros, si prestan atención a la pista principal, en este momento hacen aparición
dos nuevos artistas en este circo, por un lado el currela in itinere, que juega a un videojuego con continuos y molestos
sonidos que alterna con otros propios como sorberse los mocos; a unos escasos
metros de él, encontramos a la cuarentañera que no acepta su edad y charla por
el teléfono móvil con la persona con la que se va a encontrar en escasos
minutos cuando se baje del tren.
Yo
no pude menos que refugiarme en mi reproductor Mp3 (a un volumen bajo para no
molestar a la anciana que sentada frente a mí, me miraba con cara de mala
hostia …busqué en mi librería y me dispuse a escuchar el disco de Tate Montoya
“The lost tapes” (Inéditos y versiones de los Clash), para después escucharme
entero el disco de Perales “The man comes around” y finalmente volver a la
cotidianeidad de mi viaje, nos encontrábamos detenidos en el apeadero de un
pueblo perdido y mal comunicado, con sus particular fauna: la vieja que sabe de
Historia Real nacional, la joven moza más basta que el yogurt de chistorra y el
operario de mantenimiento que “curra” dando al palique contando más chismes del
pueblo que una peluquera.
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"Pasión por lo suyo" |
Es
por esto/ello que en un último intento de lobotomía claudiqué a la programación
videográfica que el servicio ferroviario ofrece, una sesión continua de
desechos cinematográficos de pseudo reciente estreno que hace tu mente
reflexionar en cuanto a la escasa visión de los productores y el estado de su
juicio. A mí por osado, me tocó padecer de una de esas películas de terror, es
decir una comedia romántica, que poco o nada se diferencian de las de las
décadas de los ochenta y noventa, ¡y claro!, mi mente voló, analizando la
situación actual y formulándome incomodas preguntas, como por ejemplo que, si
actualmente el 75% de los matrimonios acaban en divorcio ¿Cuántos romances de
Molly Ringwald habrán terminado con separación de bienes? ¿Andy MacDowell debería
rodar una secuela titulada “Cuatro bodas, un funeral y un divorcio” tras el
incidente de Hugh Grant con la prostituta?
Yo
continué con mi diatriba cinematográfica, ¿Qué películas rodaría si fuese
productor? Sin lugar a dudas una precuela de “Liberad a Willy” en la cual la
orca empieza su adolescencia con tonterías como tirarle la bolsa de la compra a
las viejas cuando salen del supermercado, con el tiempo su actitud le lleva a
atracar una licorería y finalmente comete un asesinato, lo cual lleva a su
encierro; con ello se conseguiría crear una nueva dimensión más profunda de
aspectos hasta el momento desconocidos del personaje para el espectador;
después contrataría a James Cameron para que rodase una nueva versión de la
primera película de la saga, eso sí, con muchos más efectos especiales y
explosiones. Como me gustan las segundas partes, mi siguiente proyecto seria “Bravehart
2, las nuevas aventuras de William Wallace”, en la que incidiré en su
problemática con los ingleses por tener tan poco cabeza. Antes de retirarme y
dedicarme a la filantropía rodaría por placer una nueva entrega de la saga “Pesadilla
en Elm Street” (con un número indefinido) por que una mas ¿a quién le importa?
Justo
en el momento en que firmaba los contratos pertinentes, llegué a mi destino,
así que, dedicando peinetas y cortes de mangas por doquier me despedí del resto
del pasaje, salí al mundo exterior y no veas que viruji, pero no había vuelta a
atrás.
Por
mi parte eso ha sido todo por hoy, no olviden sus obligaciones, prueben algo
nuevo en el día de hoy y regresen cuando gusten (en el caso de que lo nuevo que
hayan probado el día de hoy no era cicuta). Os dejo con una reflexión: Si
Forrest Gump al final de su película, descubre ser el padre de Haley Joel
Osment, eso quiere decir que Forrest, además de ser jugador olímpico de
ping-pong, ir a la guerra del Vietnam, correr durante tres años seguidos,
etc...¡Tiene hijos que ven a muertos!
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"No se por qué estas tardando" |
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