A estas alturas del año uno se hace el sueco y evita caer en las temáticas manidas, pero este año queremos hacer una excepción y publicar algo navideño a la par que sin sentido y vergonzante, los elementos que mejor definen el sello de baja calidad que da el Luckyzine.
Si, me lo preguntáis y un servidor, Lucky Lee Perkins os lo dice encantado una y otra vez queridos niños, no poseo espíritu navideño, porque me lo suelo comer en verano cuando me entra hambre…y si de paso aprovecháis para pedirme cómo definiría la película Mulholland Drive os respondería con mi mas aterciopelado “ ¡Como dos horas y cuarto tirados de mi vida!”.
Pero como ya he dicho que hoy toca tema navideño, y no es otro que esa nueva chorrada conocida como “El amigo invisible” o “El amigo misterioso”, una de tantas de tipo odioso que se han ido popularizando en los últimos años, sin importarme si su origen procede de una festividad pagana o inspirado en las animadas cenas de fin de año en casa de los Nixon.
Yo me enfrenté a él hace unos años, mis compañeras de curro, vinieron a mí en tromba preguntándome si quería participar… como era de esperar yo les dije que ¡NO! Y puede el lector imaginarse la consiguiente cara de “Vale, no pasa nada” mezclada con una mirada de “Tío rácano, me das asco”.
"Estos si serian buenos regalos ¡Tomad nota!" |
Tú sabes y yo sé, que de participar en semejante chuminada entrara en juego el factor de probabilidades conocidas como “La ley de Urdaci” en la que SIEMPRE te tocara hacerle el regalo a la persona que tienes menos en común. A partir de aquí la cosa toma dos vertientes vertiginosas:
· La primera es irse a un “Todo a cien” para encontrarle cualquier chuminada para pasar el trance con la poca pasta acordada para gastarse en el dichoso regalo, por supuesto que no encontraras nada que te haga pensar que le va a gustar, por lo que acabaras con preocupación, odiando a la persona que propuso el dichoso juego y en especial a la persona a la que al final regalaras una putísima mierda.
"Dandoos ideas Vol.2" |
· La segunda es intentar cambiar las reglas del juego para poder gastar más pasta de la acordada, lo que te lleva a que al final gastes más de lo que querrías y también terminas regalando algo quedándote con la duda de si la persona a la que regalas le dará utilidad.
Por supuesto que si has aplicado bien el logaritmo, sea cual sea la dirección que hayan tomado los acontecimientos el final siempre confluirá en un mismo destino en el cual te regalan una puta mierda, que te da fuerzas para odiar a la humanidad un año más, algo así como cuando a mí me tocó una nave espacial con las tapas de un yogurt, la tengo ahí ocupándome la plaza del garaje.
Miraras y remiraras sin comprender el uso que le puedes dar por ejemplo a una espantosa figura de elefante tallada en madera, un palillero o un CD de Antonio Orozco y acabaras dejándolo “olvidado” sobre una mesa, volviendo en replantearte el por qué de tener las amistades que tienes, cuando hace un mes ya te encontrabas dándole vueltas al asunto…o quizá era el pagar por ver una película española…¡o yo que sé!
Y como el tema no tiene mucho mas de dónde tirar y ha sido una mera excusa para poderme meter con Orozco y con Urdaci, pues ya va siendo hora de ir cerrando por hoy la tienda y dejar que seáis vosotros quienes soltéis irónicas chanzas sobre ellos, yo por el momento me voy a poner a ver una película de Christina Ricci, ya sabéis…la chica aquella con tricefalia.
Así que, que ustedes lo disfruten con los suyos, yo padeceré de mi régimen de visitas paterno y acogeré a mis retoños, a los que siempre quise dar nombres a mis hijos que sonasen a afroamericanos, así pues la mayor se llama Tenencia Ilícita, el chavalín Estupro y la pequeñita Usura.
"¿Para que regalar sujetavelas cuando nunca han hecho falta?" |
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