Siempre
hay alguien que sufre más en una relación a tres bandas y todos conocemos
alguna de ellas: Mickey-Donald…¡Goofy!, Anguita-Llamazares…¡Frutos! Y por
supuesto la de la pareja de policías y…¡el jefe del departamento!
Este
entrañable ser padece de una ulcera de estomago, transpiración por aspersión,
presión arterial excesiva en el cuello y además sufre un principio (O final) de
alopecia galopante. A nadie le cabe la menor duda de que pese a sus
enfervorecidos cabreos es un buen tipo con 2,7 hijos y una mujer que perdió la
figura hace tiempo.
El
jefe de policía suele tener rango de capitán y un apellido de gran potencia
sonora, algo así como Capitán Brown, Maloy, Decker o Pescanova.Y todos sabemos
que en lo más profundo aprecia a la pareja de polis, incluso para sus adentros
justifica los métodos poco expeditivos y muy sobre todo originales que han
empleado para hacer cantar al maleante
de turno, pero claro, su cargo le impide poder demostrarlo. El jefe de policía
es capaz de sacrificarse por la pareja de polis protagonistas, incluso si le
apretasen las tuercas sería capaz de admitir que él era el “Señor X”, “Garganta
profunda” o que su película favorita es “Tomates verdes fritos” con tal de que
nadie joda a sus chicos. A fin de cuentas, es como un profesor de guardería
nazi con dos alumnos que sufren déficit de atención.
"Christopher Walken o Rainier Wolfcastle, dificil elección. Eso si, entre el jefe de policia o Maria Conchita Alonso nos quedamos con el primero" |
¿Crees
que su vida no es suficientemente dura?, ahí le tienes aguantando estoicamente
día si día, para él, el día no comienza con el sonido del radio-despertador
sintonizando a un locutor que parece se ha metido chiles jalapeños por el
recto, sino con una imagen a kilómetros de distancia del primer fardo de
periódicos arrojado desde una furgoneta de reparto a los pies de un kiosco,
dejándonos ver la sensacionalista primera plana sobre el asesino en serie que
asola la ciudad…¿Qué necesidad hay ya de comprar el periódico?¡ninguna! ya nos
han facilitado toda la información con tan detallado titular (Y seguramente una
voz en off nos ha ayudado si no sabemos leer).
Nuestro
capitán-comisario desciende a la cocina donde tiene a sus 2.7 hijos (Una
siempre es hija adolescente escogiendo la Universidad a la que irá el siguiente
curso, enfrentándose a la diatriba de ir al baile de graduación con un traje
horrible u otro tan demencial a o más), el desayuno servido en la mesa por su
mujer, la cual perdió la figura hace tiempo, podría alimentar a todo un
regimiento militar (El desayuno, no la mujer, la cual ha perdido la figura hace
tiempo), todo el mundo tiene prisa, al pequeño Billy ya le avisa el claxon del
autobús, a Robin la adolescente pizpireta no le va a dar tiempo a llegar a sus
clases por lo que se marcha sin haber tomado nada (Eso sí, bien que ha perdido
el tiempo en que hagan juego sus zapatos con el bolso y los pendientes) y por
supuesto nuestro Capitán solo puede dar un sorbo a su café.
Por
delante le queda un atasco monumental de trafico digno de la operación retorno
(Eso le pasa por vivir en un barrio con casitas unifamiliares de un adorable
extrarradio), nada más llegar a la comisaria se ve desbordado por la gran
cantidad de funciones que debe desempeñar: La primera es atender las llamadas
del alcaide…que siempre es un político sin escrúpulos que le aprieta las
tuercas porque sus chicos se han cargado cerca de veinte coches e irrumpido en
la recepción de la embajadora de Matalascañas ¡Fíjate tú!
Después
atender al papeleo, asignar compañeros a policías solitarios, jubilar a agentes
para que mueran en acto de servicio antes de poder pirarse con el IMSERSO (Aprended
a tomaros bajas por depresión dos meses antes de jubilaros ¡Joder!), encargarse
de que te entreguen la placa y la pistola a un par de agentes a los que
suspender de empleo y sueldo, gritar muchas veces los apellidos (O apodos) de la pareja de polis protagonista,
pagar facturas de carritos ambulantes de fruteros y cajas de cartón arrollados
por la pareja de polis.
Por
supuesto que existen dos tipos de jefe de policía, el chupatintas de oficina,
que dejará hacer a sus muyayos o el que sufre el síndrome de Bill Pullman
(Recuerden su mítica frase en “Independence day” /Indecendent flim/:
SOLDADO:
¿A dónde va señor presidente?
PRESIDENTE:
¡A luchar junto a mis hombres!
Y
ese es el otro tipo de jefe de policía, aquel que decide arriesgar su cuello,
la abultada nomina cuando acaba el mes y una jubilación de puta madre por dos
mataos cuyas neuronas combinadas darían saldo negativo.
Si
me preguntáis quien es mi jefe de policía favorito os respondería rápida,
concienzudamente y seguramente con una luxación de cuello ante la fuerza de mi
asentir…pues no se trata de un comandante ni capitán, sino de un teniente, ¡el
teniente!, estoy hablando de Edward James Olmos interpretando al teniente
Castillo, eso sí que era un jefe, chusco, profundo, serio, con la cara picada
de viruela y un bigote reglamentario con numero de referencia AGH-2079.
Me
encanta Edward James Olmos, por que como teniente Castillo tenía una rabia
contenida como si hubiese descubierto que su mujer le hubiese sido infiel con
el osito de Mimosín o con Mahatma Gandhi, ¿quién es capaz de odiar a Ghandi o
al osito de las narices? ¡Es imposible! quizá por ello el teniente Castillo tenía
esa cara entre constricción y rictus de cadáver esperando por ser exhumado.
Gracias a él tenemos esa recurrente expresión que ahora ha adoptado la juventud
“Como venga el teniente Castillo te mete una hostia que te manda al lado latino
de la luna”.
"Edward James Olmos, creador del sistema binario latino, fundador de los Clash latinos y de la fanta de mango" |
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