¡Oh si!, he regresado…Sé que mis obligaciones
contractuales y académicas me han tenido alejado de vosotros durante largo
tiempo, más, ahora puedo decir que desde hace tan solo unas horas poseo otra
titulación más que añadir a mí doctorado en hidrotunántica y el de birrología.
Podría haberme dado a la celebración y no aparecer por aquí en semanas, pero
no, un día después me tenéis aquí redactando para cumplir con mi compromiso
habitual con la charanga literaria para mantenerme en primera línea, como
Geoffrey Chaucer o Paco Marhuenda.
Eté Lestraterrestre, tengo que decirlo así para que
no me digan que hago uso indebido de una franquicia. Si, hoy voy a hablar de
ese ser que protagonizó una película que nos marcó a toda una generación, una
forma de vida llegada de otro planeta que llenó de luz y esperanza nuestros
corazones, como un Michael Jackson de las estrellas, ¿Quién no recuerda su dulce
voz de soprano cazallero pidiendo establecer una conferencia telefónica
interplanetaria?¿Quien ha podido olvidar su dedo luminoso cual sonda anal? Pues
si amigos, este años se cumple el trigésimo primer aniversario (Aquí no
celebramos los números redondos) de su estreno y ¿Qué mejor ocasión que romperos vuestros recuerdos
infantiles? Voy a pisotearos el mito, como quien cumpliendo con su deber patrio
lo hace con la discografía de Alazán, Guraná o José Luis Perales.
Recordemos la historia: familia es abandonada por
padre que se fuga con una chavala joven, madre se queda cuidando a tres niños, niño
conoce marciano, marciano se apalanca en el kelo del crio y no contribuye
siquiera limpiando, marciano bebe más que los floreros, se acaba la cerveza,
marciano se quiere pirar para su planeta pero no tiene saldo en el móvil, el
servicio secreto captura al marciano, panda de mocosos se escapan con el
marciano, la familia del marciano aparece en la berlina familiar y se piran,
niño se queda solo en la tierra.
"Mientras tanto en Mexico...¡empiezan las hostilidades!" |
¿Recordamos lo último que Eté le dijo a Eliott? Os
lo digo yo “Estaré aquí mismo”…en plan “No me seas nenaza y no llores, que me
voy aquí al lado”…o “Vengo ahora, solamente voy a comprar tabaco”…y es desde
aquí donde parte mi teoría. Eté como buen viajero de las estrellas se supone
pertenece a una especie con gran inteligencia, los cuales han podido construir
veloces vehículos que les hacen viajar por la galaxia y trascender al pudo de
vestirse con ropa, por lo cual y valiéndonos nosotros de los principios defendidos
por Stephen “Robocop” Hawkins y argumentados por Albert Einstein “Cuanto más fuerte sea un campo
gravitatorio, mas rápido será el movimiento y mayor la dilatación temporal.
Así, a mayor lejanía de una fuente gravitatoria, más rápidamente transcurre el
tiempo para el ser humano.” Que en humano viene a ser, que viajar a la
velocidad de la luz yendo por la M-30 Intergaláctica y te pilla un atasco de
media hora, en la tierra no habrá transcurrido media hora sino un par de
siglos…es decir:
Vamos, que Eté sabía perfectamente, que para cuando el girase la esquina en Venus a los doce minutos, Eliott ya sería un jubilado a punto de entrega la cuchara…¿Vais pillando ya el concepto de que Eté es como uno de esos tíos que al despertase a tu lado te dice que lo ha pasado genial y que te llamará y nunca lo hace?
Claro, Spielberg siempre nos monta el numero
guapamente, como que al principio de la película los marcianos han venido a
pilla florecillas, en plan experimento hippista…igual lo que venían era para a
partir de nuestras plantas crear un artefacto que nos jodiera la existencia, o
cualquier tontería que le ocurra a un tipo sin vida propia y acceso a
internet…¿Qué?...¿Qué estoy desvariando? ¡Ah, no!...¡AH, NO!...si lo digo yo es
desvariar, pero si lo dice un tipo en algún programa de Iker Jiménez eso va a
misas ¿no?, pues voy a decir más.
"¡Ahí!, dando respuesta a una incognita planteada hace muchos años" |
Probablemente la razón por la que el marciano se
quedó tirado en la Tierra se debiera a que habían venido de despedida de
soltero y el muy manguan, que no toleraba el alcohol como se vio en la peli, no
llegó a tiempo de pillar el puente aéreo y se quedó tirado en la Tierra ante el
descojone de sus colegas de parranda…y ¡Sí! La figura que se ve dentro de la
nave cuando al final de la peli vienen a recogerlo es la de su señora marciana
esperando que suba la rampa para cantarle las cuarenta.
Me decantó también, por la idea de que Eté vino a la
Tierra buscando suecas, gracias al tirón mediático de las películas ep´pañolas
(Rancid costumbrism cinemá), a fin de cuentas y bien miraó Eté tiene mucho de
Martínez Soria, López-Vázquez y Alfredo Landa…en lo gracioso, no en lo físico
(¡Cabronazos! Que me buscáis la ruina con vuestras risitas).
"Nnananannanana Batmaaaaaaan, digo....Ramón Garcíííía" |
No hay comentarios:
Publicar un comentario