miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL CHIVATO DE LA CLASE

Mira que sois crueles, el otro día algunos de vosotros me abordasteis en la ciberentrevista de pedigüeños.net y me trallasteis con propuestas de temas que debería abordar en el Luckyzine. Bueno, pues para complaceros hoy tratare de satisfacer vuestros bajos instintos, escribiendo sobre uno de los que os quitaba el sueño.

El chivato de la clase no nace espontáneamente, es una actitud, que he podido comprobar se cuece desde la más tierna infancia. Ya se sabe, ese periodo en el que uno da rienda suelta a su hijoputismo por que es sabedor que no dará con sus huesos en la cárcel y las palizas nunca pasaran de un azote en el culo. Cuando he acudido a dar conferencias en guarderías, he sido testigo de cómo el chivato goza, puesto que se encuentra dentro de esas etapas preoperacionales (leer a Piaget ¡Cojones!), en un claro ejemplo de egoísmo culpando a otros para limpiar su propia mierda. El conductivismo demuestra que la reacción posterior de la hostia regalada en venganza puede alterar la futura conducta del chivato (Estimulo-Respuesta), pero eso no es impedimento para que el chivato se afiance en las teorías de Vigotsky considerando que su labor ejerce una función de mediación cultural que perpetua en la sociedad.

"El backyard wrestling y sus curiosos cigarros"

La necesidad delatora del chivato se perfecciona y acentúa en Primaria, donde algunos necesitan ya arrojar al foso a competencia y ¿Que mejor manera que la de levantar la verdad o el falso testimonio para ello? Tantos y tantos periodistas descubrieron su vocación a esta temprana edad, además de por este posible encarrilamiento hacia su desempeño laboral futuro, mantengo la teoría que obviando tejemanejes y oscuras conspiraciones sucesorias a lo largo de la historia, lo del chivatazo se debe al profundo impacto de los discos de los pitufos en nuestra sociedad, puesto que yo en mi vida les he visto tocar todos los palos, les conocí en pleno despunte de la música disco, luego se volvieron poperos durante los ochenta, en los noventa sacaron su smash-hit “Los pitufos bakalas” y ahora le dan al reggeaton. Su carácter multidisplicar: pitufo filosofo, pitufo bromista, pitufo pintor, no era nada, al lado del único con guevazos para ser el pitufo hortera, también llamado pitufo fortachón, y digo lo de tener güevazos puesto que era el único que portaba un tatuaje que no podía ser de otra manera que de un corazón atravesado con una flecha.

Poco sabe el chivato de la clase, que en este periodo acaba de dar sus primeros pasos en una espiral que puede conducirle a pelota del profesor o terminar con sus huesos en la cárcel y trabajar allí como soplón (Con eróticos resultados).
La mayoría de ellos sueñan terminar como políticos, y no, no aprovechéis ahora para insistirse más en que me presente a presentar a presidente del gobierno...¿No veis que se hablar inglés? Es imprescindible no saber idiomas para ocupar ese cargo
"Foto de graduación de Steven Tyler"
¿El chivato es un enfermo? desde luego que no, es una forma de vida, es como ser motero, heavy o calandraca, por lo tanto, no debemos tratarles de una manera diferente, más allá de la de nuestra venganza, necesidad que también nosotros debemos saciar, puesto que todos los psicólogos apoyan dos teorías, la primera es no quedarse con las ganas de vengarse de alguien (que si no te salen arrugas) y la segunda es que al vestirnos nunca debemos combinar colores, directamente ¡dejar que se estrellen! como toda la puta vida ha hecho Wayne Cochran.

¿El chivato nace o se hace? Hummm, espinosa cuestión, ¿Queremos decir que el mocoso tiene un condicionamiento genético aportado por sus padres que marcan su quehacer diario? ¿o es quizá un condicionante ambiental?, me decanto por lo segundo, muy pocos especímenes vienen con la alteración cromosómica D-7U3 vulgarmente conocida como “ADN Mussolini”, con lo cual el ambiente claramente moldea el comportamiento del chivato de los cojones, en la mayoría de los casos de padres cabrones-hijos cabrones ¡todo encaja!
 
Grandes chivatos siempre ha habido en la historia, ahí tenemos a Dalila, Mata-Hari, al apuntador de las obras de teatro o a Garganta Profunda (¡vaya apellido macho!). No es un fenómeno nuevo vamos, muy parecido a lo que me contaba mi abuelo (VE-RI-DI-CO) sobre que en los años sesenta había siempre algún tipo por la calle que llevaba un transistor en la oreja, escuchando la radio a toda hostia, la gente les consideraban “horteras”...bueno, pues a día de hoy ese fenómeno se está volviendo a producir con los MP3 y generalmente escuchan rap o reggeaton...la sociedad ha cambiado, ya no les llamamos “horteras” sino directamente “hijos de puta”
"La reconciliación más esperada desde la de Dinio y el diccionario"



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