El
chivato de la clase no nace espontáneamente, es una actitud, que he podido
comprobar se cuece desde la más tierna infancia. Ya se sabe, ese periodo en el
que uno da rienda suelta a su hijoputismo por que es sabedor que no dará con
sus huesos en la cárcel y las palizas nunca pasaran de un azote en el culo.
Cuando he acudido a dar conferencias en guarderías, he sido testigo de cómo el
chivato goza, puesto que se encuentra dentro de esas etapas preoperacionales
(leer a Piaget ¡Cojones!), en un claro ejemplo de egoísmo culpando a otros para
limpiar su propia mierda. El conductivismo demuestra que la reacción posterior
de la hostia regalada en venganza puede alterar la futura conducta del chivato
(Estimulo-Respuesta), pero eso no es impedimento para que el chivato se afiance
en las teorías de Vigotsky considerando que su labor ejerce una función de mediación
cultural que perpetua en la sociedad.
"El backyard wrestling y sus curiosos cigarros" |
La
necesidad delatora del chivato se perfecciona y acentúa en Primaria, donde
algunos necesitan ya arrojar al foso a competencia y ¿Que mejor manera que la
de levantar la verdad o el falso testimonio para ello? Tantos y tantos
periodistas descubrieron su vocación a esta temprana edad, además de por este
posible encarrilamiento hacia su desempeño laboral futuro, mantengo la teoría
que obviando tejemanejes y oscuras conspiraciones sucesorias a lo largo de la
historia, lo del chivatazo se debe al profundo impacto de los discos de los
pitufos en nuestra sociedad, puesto que yo en mi vida les he visto tocar todos
los palos, les conocí en pleno despunte de la música disco, luego se volvieron
poperos durante los ochenta, en los noventa sacaron su smash-hit “Los pitufos
bakalas” y ahora le dan al reggeaton. Su carácter multidisplicar: pitufo
filosofo, pitufo bromista, pitufo pintor, no era nada, al lado del único con
guevazos para ser el pitufo hortera, también llamado pitufo fortachón, y digo
lo de tener güevazos puesto que era el único que portaba un tatuaje que no
podía ser de otra manera que de un corazón atravesado con una flecha.
Poco
sabe el chivato de la clase, que en este periodo acaba de dar sus primeros
pasos en una espiral que puede conducirle a pelota del profesor o terminar con
sus huesos en la cárcel y trabajar allí como soplón (Con eróticos resultados).
La
mayoría de ellos sueñan terminar como políticos, y no, no aprovechéis ahora
para insistirse más en que me presente a presentar a presidente del
gobierno...¿No veis que se hablar inglés? Es imprescindible no saber idiomas
para ocupar ese cargo
"Foto de graduación de Steven Tyler" |
¿El
chivato nace o se hace? Hummm, espinosa cuestión, ¿Queremos decir que el mocoso
tiene un condicionamiento genético aportado por sus padres que marcan su
quehacer diario? ¿o es quizá un condicionante ambiental?, me decanto por lo
segundo, muy pocos especímenes vienen con la alteración cromosómica D-7U3
vulgarmente conocida como “ADN Mussolini”, con lo cual el ambiente claramente
moldea el comportamiento del chivato de los cojones, en la mayoría de los casos
de padres cabrones-hijos cabrones ¡todo encaja!
Grandes
chivatos siempre ha habido en la historia, ahí tenemos a Dalila, Mata-Hari, al
apuntador de las obras de teatro o a Garganta Profunda (¡vaya apellido macho!).
No es un fenómeno nuevo vamos, muy parecido a lo que me contaba mi abuelo
(VE-RI-DI-CO) sobre que en los años sesenta había siempre algún tipo por la
calle que llevaba un transistor en la oreja, escuchando la radio a toda hostia,
la gente les consideraban “horteras”...bueno, pues a día de hoy ese fenómeno se
está volviendo a producir con los MP3 y generalmente escuchan rap o
reggeaton...la sociedad ha cambiado, ya no les llamamos “horteras” sino
directamente “hijos de puta”
"La reconciliación más esperada desde la de Dinio y el diccionario" |
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