Hoy quiero
tratar un tema sobre biología y sociología, seguramente os lo tomareis a risa,
pero es mucho más serio de lo que a simple vista parece, puesto que ya está
adquiriendo proporciones epidémicas en países subdesarrollados como Kukamonga o
el país de los balleneros. Estoy hablando sin lugar a dudas de
“Lepidopeterofília” que a su vez y como hoy vamos a disertar está directamente
relacionado con la “vetustofília animal”.
Ustedes me
preguntaran ¿no tiene esta payaso mejor cosa que hacer? A lo que yo responderé
“¡sí! Pero no se meta en mis asuntos, señoritingo con voz de pito”...bien,
préstenme atención, existe una especie animal conocida como “Mariposa”, de la
familia de los lepidópteros, perteneciente al orden de los insectos. Y ahora
van los científicos, esos tipos con carrera y bata y me dicen que son una
maravilla de la naturaleza...¡mentiras!, el Luckyzine ha llevado a cabo una
intensiva investigación descubriendo la vida de estos seres y la posterior
filia sexual que produce en el ser humano.
Para empezar,
ese ser tan lleno de glamour conocido como “mariposa” es tan solo una fachada,
una farsa, proviene del estrato más bajo de los insectos...las orugas, la
especie más defenestrada del submundo gusanil, conocidas popularmente como
“gusanajos” y que con suerte, si saben redireccionar su vida, logran poder
montar como mucho un taller de producción de seda.
"Diafania espongiforme! |
Últimamente
nos hemos despertado con frecuentes noticias de como parte de este colectivo,
en forma de bandas de larvas juveniles, han arruinado bancales y huertos.
De igual
forma, en su adolescencia pasan a ser orugas, que como todos sabemos no
encuentran debido a la actual situación un acceso al mundo laboral, pero yo
creo que es porque son unos aplatanaos que trabajan a un ritmo lento, bueno,
para lo que quieren, porque para comer hojas, frutos, tallos y raíces pierden
el culo.
Ahora bien,
cuando ya la cosa ve que se le pone jodida, va la oruga y se acurruca como
alejándose del mundo, a su puto rollo, se monta una crisálida y cuando la
llamas para algo te manda a la mierda diciendo que está teniendo cambios en su
vida, le insiste y te vuelve a insultar diciendo que se está “metamorfoseando”
¡tócate los cojones!...¡Como si fuera un Power Ranger aquí el amigo! Y oye,
cuando ya decide volver a relacionarse, hay que prestarles caso, porque según
todo el mundo es un milagro de la naturaleza, un ejemplo la belleza de la
vida...llamadme gañan, pero yo lo veo como si un tío calvo con depresión
decidiese convertirse en drag queen y saliese en plan petarda por la calle
diciéndoselo a todo el mundo.
"¡Vaya locas!¿A donde vais sin casco? ¡sus va a caer un multaco!" |
Y ahí la
tienes, convertida en “mariposa”...¡coooooooooño! ¿Pero no veis que es una
orugaaaa con alas?...¡Pues no! Ahora es mariposa y hay que aceptarlo. Vale,
pero ahora empieza el verdadero drama y el porqué de este artículo. Vosotros,
queridos inadaptados sabréis que las mariposas no tienen mucho tiempo de vida,
un día, como mucho dos y rara vez hasta tres días...tras esto KAPUT.
Entonces...si mis estudios de CCC no me engañan, la oruga, nace como larva,
crece, se convierte en oruga y después se convierte en mariposa y
palma...hummm, la mariposa es el último estado y es previo a la muerte, lo que
les convierte en “la tercera edad” de la oruga.
Confió en que
ustedes, lectores, mientras se mesan los cabellos recuerden la ridícula figura
del explorador bigotudo vestido de caqui, salacot en la cabeza, pantalones
cortos, que va con un retel cazando mariposas y se hace llamar doctor en
biología...¡están persiguiendo ansiosamente insectos ancianos! Obsesionados con
tener un harén al que aplicar sadomasoquistas medidas de sometimiento, clavándoles
alfileres...lo dicho, la “Lepidopeterofília” en su vertiente más senil
“Vetustofília animal” puesto que estos tipos no les atrae la idea de un lozano
mancebo púber, al que echarle el guante......nooooo, en su retorcida mente les
pone, les excita, la imagen de un insecto senil a punto de estirar la pata.
Ya me
gustaría a mí verlos plantarse ante una supermariposa de mexicana, esas que
tienen la fuerza de diez Camilo Sestos. Yo, en una
actuación en Puerto Vallarta me encontraba con la banda recogiendo el equipo
para ir a descansar al hotel, cuando se nos apareció una, con un pañuelo en la
cabeza con los colores de su barrio y una camisa solo abotonada por el primer
botón del cuello, por suerte logre salir con vida, con tan solo con la nariz
sangrando, una ceja dislocada, un par de costillas rotas y un huevo magullado. Ante
esto ¿Qué se puede decir?
"Habituada a que todos se pongan bizca mirándola la cosa se transmite" |
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