domingo, 22 de abril de 2012

UNIFORMES


Un día de mi vida, una fémina me comentó que le ponían los tíos con uniforme, se que suena a topicazo de película romántica en la que el tipo por ganarse su amor buscará la manera de sorprenderla patéticamente apareciendo en una próxima cita ataviado con el traje que le ha afanado a un poli y que casualmente le queda como un guante...no era ese mi caso, ni yo buscaba más con dicha mujer ni me visto con ropa de otras personas tras haberlas noqueado con un golpe con el canto de mi mano en su nuca...principalmente porque esto es LA REALIDAD y si a mí alguien me da un toque así, puede ir sacando las gafas para buscar los adminículos (he dicho “culos”..jijijiji) dentales que en breve tendrá que recoger.

Cuando escuchamos la palabra “uniforme” siempre pensamos en esas varoniles profesiones de militar aguerrido, policía adicto al trabajo, chefs de cocina con vigorosos mostachos o niños llorosos ante los cuatro trapos que les han puesto para poder ir al colegio privado.

Y si, es verdad, claro que el uniforme nos acompaña toda nuestra despendolada vida, créanme, yo les ilustrare en esta nueva sinsorgada. En nuestros días de minoría de edad, ya nos uniforman, recuerdo perfectamente mi primer día (y ultimo, si, si, ultimo) en una guardería, allí como en la clase de párvulos del colegio nos hacían vestir unos mandilones con nuestro nombre cosido, azules para los varones y rosas para las muyayas, y sí, recuerdo que hubo algún padre daltonico que no me explico cómo le endiñaron un mandilón verde ¿tenderos cabrones?¿distribuidores que lograron colarle al vendedor una remesa de mandilones defectuosos?

"¡Tu futuro te necesita!"
En el devenir de la infancia, llegó ese momento en que a algunos les hacían ir a una cosa llamada catequesis y que a los niños que ya nos habíamos ganado un billete al infierno nos daba mucha risa verles cuando se los llevaban a tirones sus padres para meterlos en la parroquia del barrio, pues eso, que llega un día, que a esos niños pera, les hacen también uniformarse para lo que llaman “la confirmación” o “primera comunicación” (esto ha sido una mera demostración de cómo me he ganado a estas alturas más de setecientos tickets de viajes al averno sin escala). Me pondré serio y diré, que los trajes de primera comunión son de princesa en caso de haber nacido sin pililla, pero si eres de los que sí, te toca ir de marinero...¿y si tu padre es de infantería que ocurre?. Por cierto y ya que tratamos el tema de la comunión ¿los psicoanalistas son psicópatas que te quieren petar el culo?

Puede ser que durante esos años te toque estar gordo, ser desordenado o simplemente un vago que no termina las cosas y entonces alguien con ganas de joder les diga a alguno de tus progenitores que lo mejor sería que te apuntaran a practicar algún arte marcial, puesto que eso te enseñara disciplina y canalizar tu no se qué, por algo...y ahí te plantan en un sitio con colchonetas ataviado con una especie de bata de esparto atada con un cinturón blanco para aprender a dar hostias...¡pero ojo!, te dicen que te dan un cinturón mejor si se te da bien lo que te enseñen...que es no dar hostias...¡ahí, ahí, mareando a las pobres criaturas!
Y mi pregunta, quita o cuestión es...¿Por qué los mocosos que estudian karate, judo o cualquier disciplina de artes marciales van de blanco?¿por qué nadie va de negro? Todos sabemos que los ninjas molan más que los karatekas, aunque solo fuese por el uniforme seguirían molando más. A fin de cuentas, el negro adelgaza, con lo cual muchos niños gordos apuntados disimularían sus gorduras ¿no sería mejor vestirles con ropa negra y no hacerles sufrir yendo a Judo?

Otros que van de uniforme son los Boyescáus, que son gente muy maja, que se va con niños al monte y los padres se quedan totalmente tranquilos, parecido a cuando te dicen que a continuación en una gala de televisión llega “El humor de Manolo Vieira” y te quedas así como que no pasa nada, pero el efecto mariposa puede haberse producido en Kuala Lumpur y mañana la humanidad se extinguirá.

"Siguiente parada...¡La indiferenciaaaaaaaa!"
Crecemos, maduramos (en los casos más optimistas) y ahí en la universidad aparecen unos seres conocidos como “tunos” que van uniformados como la sota de bastos y los lunes de mañana de momias tras una visita el sábado por la noche a urgencias tras creerse unos casanovas y rondar a la novia de algún tipo o directamente haber salido de casa vestidos de tal manera y encontrarse con gente decente que les apaleó sin compasión.

Y la adultez llega y ¿qué uniformes tenemos en nuestra vida diaria? Pues salvo los comentados casi al principio del articulo no se me ocurren muchos más, bueno, si, esos de ir vestido enteros de cuero con la fusta y los de Village People ¡la mejor boy-band de la historia! (¡y nunca mejor dicho!).
Porque ante todo, hay que diferenciar cuando alguien va de uniforme y cuando va disfrazado, y conste que me estoy mordiendo la lengua para no comentar la equitación de militante de juventudes de cierto partido político...pero vamos, que es una idea por contagio y yo soy profilacticamente correcto, así que...son ustedes libres de expresarse en los posts.
                  "A donde vamos Marty, ¡no necesitamos cuellos!"
Puedo ponerme moralista, decir que aquí en el Luckyzine todos vestimos un uniforme de indiferencia y que nos resbalan los grandes temas de interés social. Puedo ponerme pedante y hablar de la axiología más utópica en un debate abierto con lo que es uniformarse y su necesidad/sometimiento. Pero sobre todo voy a ser ridículamente ridículo al preguntaros por aquel grandísimo cantante Raul, el de “Hace tiempo que sueño su boca”...¿se acuerdan? Pues en caso negativo consulten el you tube que para algo está. A lo que vamos, ¿Raul, donde estas?¿acaso es que ya forma parte del elenco del remake de “Perdidos”?

Y así, como quien no quiere la cosa aprovecho la coyuntura para irme, que total...ya hemos arreglado un poco el mundo y si seguimos lo vamos a ensuciar. Separemos nuestros caminos hasta una nueva entrega y celebremos la vida, con o sin uniformes, que eso no sea razón de odios...y si, ya sé que los uniformes de establecimientos de comida rápida suelen ser humillantes para quien los porta, pero eso también justifica por que dichos empleados acaban siendo creyentes de religiones que creen en la reencarnación...¡y volverán!, vaya que si volverán y entonces se vengaran de tíííííííiííiíííiíííí ¡puedes jurarlos amigo!
"El pluriempleo no tiene limites"