domingo, 5 de julio de 2015

MARIPOSAS

Hoy quiero tratar un tema sobre biología y sociología, seguramente os lo tomareis a risa, pero es mucho más serio de lo que a simple vista parece, puesto que ya está adquiriendo proporciones epidémicas en países subdesarrollados como Kukamonga o el país de los balleneros. Estoy hablando sin lugar a dudas de “Lepidopeterofília” que a su vez y como hoy vamos a disertar está directamente relacionado con la “vetustofília animal”.

Ustedes me preguntaran ¿no tiene esta payaso mejor cosa que hacer? A lo que yo responderé “¡sí! Pero no se meta en mis asuntos, señoritingo con voz de pito”...bien, préstenme atención, existe una especie animal conocida como “Mariposa”, de la familia de los lepidópteros, perteneciente al orden de los insectos. Y ahora van los científicos, esos tipos con carrera y bata y me dicen que son una maravilla de la naturaleza...¡mentiras!, el Luckyzine ha llevado a cabo una intensiva investigación descubriendo la vida de estos seres y la posterior filia sexual que produce en el ser humano.

Para empezar, ese ser tan lleno de glamour conocido como “mariposa” es tan solo una fachada, una farsa, proviene del estrato más bajo de los insectos...las orugas, la especie más defenestrada del submundo gusanil, conocidas popularmente como “gusanajos” y que con suerte, si saben redireccionar su vida, logran poder montar como mucho un taller de producción de seda.
"Diafania espongiforme!
Últimamente nos hemos despertado con frecuentes noticias de como parte de este colectivo, en forma de bandas de larvas juveniles, han arruinado bancales y huertos.
De igual forma, en su adolescencia pasan a ser orugas, que como todos sabemos no encuentran debido a la actual situación un acceso al mundo laboral, pero yo creo que es porque son unos aplatanaos que trabajan a un ritmo lento, bueno, para lo que quieren, porque para comer hojas, frutos, tallos y raíces pierden el culo.

Ahora bien, cuando ya la cosa ve que se le pone jodida, va la oruga y se acurruca como alejándose del mundo, a su puto rollo, se monta una crisálida y cuando la llamas para algo te manda a la mierda diciendo que está teniendo cambios en su vida, le insiste y te vuelve a insultar diciendo que se está “metamorfoseando” ¡tócate los cojones!...¡Como si fuera un Power Ranger aquí el amigo! Y oye, cuando ya decide volver a relacionarse, hay que prestarles caso, porque según todo el mundo es un milagro de la naturaleza, un ejemplo la belleza de la vida...llamadme gañan, pero yo lo veo como si un tío calvo con depresión decidiese convertirse en drag queen y saliese en plan petarda por la calle diciéndoselo a todo el mundo.
"¡Vaya locas!¿A donde vais sin casco? ¡sus va a caer un multaco!"
Y ahí la tienes, convertida en “mariposa”...¡coooooooooño! ¿Pero no veis que es una orugaaaa con alas?...¡Pues no! Ahora es mariposa y hay que aceptarlo. Vale, pero ahora empieza el verdadero drama y el porqué de este artículo. Vosotros, queridos inadaptados sabréis que las mariposas no tienen mucho tiempo de vida, un día, como mucho dos y rara vez hasta tres días...tras esto KAPUT. Entonces...si mis estudios de CCC no me engañan, la oruga, nace como larva, crece, se convierte en oruga y después se convierte en mariposa y palma...hummm, la mariposa es el último estado y es previo a la muerte, lo que les convierte en “la tercera edad” de la oruga.

Confió en que ustedes, lectores, mientras se mesan los cabellos recuerden la ridícula figura del explorador bigotudo vestido de caqui, salacot en la cabeza, pantalones cortos, que va con un retel cazando mariposas y se hace llamar doctor en biología...¡están persiguiendo ansiosamente insectos ancianos! Obsesionados con tener un harén al que aplicar sadomasoquistas medidas de sometimiento, clavándoles alfileres...lo dicho, la “Lepidopeterofília” en su vertiente más senil “Vetustofília animal” puesto que estos tipos no les atrae la idea de un lozano mancebo púber, al que echarle el guante......nooooo, en su retorcida mente les pone, les excita, la imagen de un insecto senil a punto de estirar la pata.


Ya me gustaría a mí verlos plantarse ante una supermariposa de mexicana, esas que tienen la fuerza de diez Camilo Sestos. Yo, en una actuación en Puerto Vallarta me encontraba con la banda recogiendo el equipo para ir a descansar al hotel, cuando se nos apareció una, con un pañuelo en la cabeza con los colores de su barrio y una camisa solo abotonada por el primer botón del cuello, por suerte logre salir con vida, con tan solo con la nariz sangrando, una ceja dislocada, un par de costillas rotas y un huevo magullado. Ante esto ¿Qué se puede decir?
"Habituada a que todos se pongan bizca mirándola la cosa se transmite"