jueves, 8 de diciembre de 2011

EL-HOMBRE Y LOS MASTERS DEL YO-YO


No quiero hacer artículos que giren en torno a marcas registradas, a productos que se puedan ver publicitados, al igual que no quiero tener más denuncias por desprestigiar públicamente productos. Así que en el artículo de hoy me voy a pasar mis normas por las albondiguillas del amor y hablar a las claras de un fenómeno-moda-que-viene-y-va, como tantas otras que todos hemos conocido y padecido, porque, no nos mintamos, da igual la generación a la que pertenezcas, todos hemos pasado por lo mismo y si no, eras un desplazado social.

Soy un ser con la inútil habilidad de recordar bien hechos que no sirven para nada, por lo cual, tengo plena conciencia de como en el año 1982, cuando se celebraba el Mundial de fútbol en nuestro glorioso país Ep´paña, el producto que los escolares machos ansiaban era el balón “Tango” de Adidas. Su precio excesivo, la diversidad de colores (¡Ojito! Hasta lo había en verde y naranja fluorescente ¿o era fosforescente?) y que era de cuero (recordemos, que a los críos generalmente se les compraban balones baratos de plástico), los hacía difíciles de ver...poseer uno, era señal de clase, poderío económico, haber cumplido años recientemente, convertirte en el mejor amigo de los guays de la clase y objetivo de robo.

Años después en mi colegio llegó una cosa, seguramente proveniente del mismo agujero negro de maldad, planificada para crear estrato social en los colegios, mas importante que ser de una clase mayor...era debido al MASTER YO-YO, que no solamente se decía era de mejor calidad que el resto de yo-yós, ni poseer una educación superior, sino que era elitista dentro de su propia marca, al poseer diferentes colores que simbolizaban la calidad del yo-yó en si...¡gran falacia! El material de construcción era el mismo, pero como en un símil con los cintos de los karatekas, poseer un Master yo-yo negro te hacía ser poseedor de una pertenencia mejor que la del mindundi que poseía otro de misma marca de color verde, este sobre el rojo, el azul y el morado ¿quién establecía la jerarquía? Porque luego, se daban autenticas batallas filosóficas de cuáles eran los principios irrefutables que demostraban el que color estaba por encima del otro ¿gama cromática?¿cinturones de judo?¿estar más arriba en el blister de cartón donde se exponían en el kiosko?

"Una moda que no volverá ya sabeís que en las series a veces los personajes vuelven una semana más tarde...pero os presento una declaración jurada de que James Stamos nunca, nunca, nunca...volvera.
--Este documento cumple todos los acuerdos y estatutos legales”
Luego venia “el ilustrado”, que explicaba que a mayor grado de calidad mejores facultades poseía el yo-yó para desarrollar los espectaculares movimientos y formas que se podían realizar con el juguetito...dejando caer tal mamarrachez como quien no quiere la cosa y la habilidad no tuviera cabida en la ecuación...y ahí acto seguido tenían a los futuros artistas que ansiaban ganarse la vida en la deportiva categoría olímpica de yo-yo de exhibición haciendo “el perrito”, “el columpio”, “el Txiki Begiristain”, “el dormilón”, etc...

En ningún momento insinúo que esta situación fuese premeditada por la compañía juguetera, más bien creo que fue la mentalidad clasista de algún crío y que la cosa creció de una manera desproporcionada y con ello, la leyenda. Si es muy cierto, que la sociedad evolucionó y una generación de publicistas si ha aprendido la lección en este tipo de aspectos y los niños se han convertido en un target muy concreto, que interesa fragmentar en estratos sociales, y si no se puede “atacar” directamente en ellos por el tipo de producto, se busca llegar a ellos a través de los padres, y nos toca oír “¿Como mi hijo va a ser menos que el otro?”.
"Joer que intriga"
Volviendo a lo que nos ocupaba hoy, el yo-yó, es un juguete con unos tresmil años de antigüedad, lo cual le sitúa entre esos juegos con el increíble merito de aburrir a más niños al cabo de un minuto, nada menos que la friolera de...¡Tresmil años!, lo cual, equivaldría a que si solamente hubiese jugado un niño por minuto en este tiempo desde su invención, se hubiesen muerto de asco cientocincuentaysiete millones, seiscientosmil niños...todo un récord solamente comparable a la de gente con instintos homicidas tras llevar diez minutos jugando al cubo de Rubik.

Por si alguien aún no se ha enterado el yo-yó lo conforma en su concepto básico, dos discos de madera, metal o plástico unidos entre sí por un eje, el cual tiene un cordón enrollado. Queda dicha esta explicación por si hay entre los lectores algún ser nacido a partir de los 90 o en su defecto despertado de un coma que le haya tenido postrado en cama los ultimo tresmil años y despertase a partir de 1995 y vea la óptica del mundo a través de la Logse.
 
Conclusiones, cualquier elemento de una moda, se convierte en algo odioso, la estratificación social escolar se debe llevar a cabo por la ley de la evolución, a saber: Chungos de la clase, quaterbacks y animadoras, en segundo nivel: cómicos y revoltosos de clase en general, en el tercero chicas normales, en el cuarto: chicas feas que van con una normal haciendo parecer a esta incluso guapa, quinto: Asociales, sexto: lerdos

Así que no te preocupes, tus padres te rompieron el yo-yo para que no te convirtieras en un ególatra (Chiste malo a traición), a pesar de todos sus esfuerzos, el resultado ha sido peor, ¿sabes que en el tiempo que has invertido para leer este articulo habías podido desplumar a tres guiris en Benidorm? Haz algo provechoso con tu vida, yo me di cuenta a tiempo y deje de hacer de doble en las escenas de riesgo de Adam Sandler...porque en los rodajes de escenas de peleas, los otros actores no amagaban, pegaban de verdad.
"Como a Antonio Canales"

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