lunes, 14 de diciembre de 2015

PAISANAJE FERROVIARIO

El otro día me vi teniendo que viajar por razones artísticas, debiendo atravesar la península durante diez horas, el medio locomotivo no era otro que ir en supositorio metálico sobre raíles; ante la acumulación de horas, uno se harta de ver nuestros ricos paisajes y termina pasando a prestar atención al paisanaje, pues reuniose a mi alrededor, representación real de lo que somos como pueblo.

Evidentemente el primero de los especímenes a retratar no puede ser menos que aquel que cada vez que se sube a un medio de transporte, siente la obligación de hacernos saber la puta mierda de música que escucha a toda potencia desde un dispositivo móvil (por lo general, basura bakaladera o reggeatonera), pasándose por el forro las más mínimas normas sociales e ignorando lo nocivo que eso puede ser para su salud (al poder toparse con alguien sin nada que perder).
"The real Iron Man"
Pronto se unieron a la fiesta la inevitable familia verdulera (símil rancio del televisivo tertuliano político), estos protohomínidos no dan callada, suelen ser grupos de tres o más personas que hablan entre ellos sin que exista espacio para el silencio, es la corrupción total del muro de sonido de Phil Spector, capas y capas de frases como una mala partida de tetris y todo ello a un volumen decibelico atronador.

¡Pasen y vean, damas y caballeros! También tenemos al espécimen que quiere entrar o salir del vagón sin entender o comprender las básicas nociones del orden por cercanía. Los argumentos de los que hace uso son su mirada de 45º hacia el suelo y su embestida en zig-zag (el modelo suele venir con prestaciones tales como: estrabismo, unicejalidad y pelo rapado al uno).
"Ming sintozinando el Carrusel Deportivo desde Mongo"
Damas y caballeros, si prestan atención a la pista principal, en este momento hacen aparición dos nuevos artistas en este circo, por un lado el currela in itinere, que juega a un videojuego con continuos y molestos sonidos que alterna con otros propios como sorberse los mocos; a unos escasos metros de él, encontramos a la cuarentañera que no acepta su edad y charla por el teléfono móvil con la persona con la que se va a encontrar en escasos minutos cuando se baje del tren.

Yo no pude menos que refugiarme en mi reproductor Mp3 (a un volumen bajo para no molestar a la anciana que sentada frente a mí, me miraba con cara de mala hostia …busqué en mi librería y me dispuse a escuchar el disco de Tate Montoya “The lost tapes” (Inéditos y versiones de los Clash), para después escucharme entero el disco de Perales “The man comes around” y finalmente volver a la cotidianeidad de mi viaje, nos encontrábamos detenidos en el apeadero de un pueblo perdido y mal comunicado, con sus particular fauna: la vieja que sabe de Historia Real nacional, la joven moza más basta que el yogurt de chistorra y el operario de mantenimiento que “curra” dando al palique contando más chismes del pueblo que una peluquera.
"Pasión por lo suyo"
Es por esto/ello que en un último intento de lobotomía claudiqué a la programación videográfica que el servicio ferroviario ofrece, una sesión continua de desechos cinematográficos de pseudo reciente estreno que hace tu mente reflexionar en cuanto a la escasa visión de los productores y el estado de su juicio. A mí por osado, me tocó padecer de una de esas películas de terror, es decir una comedia romántica, que poco o nada se diferencian de las de las décadas de los ochenta y noventa, ¡y claro!, mi mente voló, analizando la situación actual y formulándome incomodas preguntas, como por ejemplo que, si actualmente el 75% de los matrimonios acaban en divorcio ¿Cuántos romances de Molly Ringwald habrán terminado con separación de bienes? ¿Andy MacDowell debería rodar una secuela titulada “Cuatro bodas, un funeral y un divorcio” tras el incidente de Hugh Grant con la prostituta?

Yo continué con mi diatriba cinematográfica, ¿Qué películas rodaría si fuese productor? Sin lugar a dudas una precuela de “Liberad a Willy” en la cual la orca empieza su adolescencia con tonterías como tirarle la bolsa de la compra a las viejas cuando salen del supermercado, con el tiempo su actitud le lleva a atracar una licorería y finalmente comete un asesinato, lo cual lleva a su encierro; con ello se conseguiría crear una nueva dimensión más profunda de aspectos hasta el momento desconocidos del personaje para el espectador; después contrataría a James Cameron para que rodase una nueva versión de la primera película de la saga, eso sí, con muchos más efectos especiales y explosiones. Como me gustan las segundas partes, mi siguiente proyecto seria “Bravehart 2, las nuevas aventuras de William Wallace”, en la que incidiré en su problemática con los ingleses por tener tan poco cabeza. Antes de retirarme y dedicarme a la filantropía rodaría por placer una nueva entrega de la saga “Pesadilla en Elm Street” (con un número indefinido) por que una mas ¿a quién le importa?
Justo en el momento en que firmaba los contratos pertinentes, llegué a mi destino, así que, dedicando peinetas y cortes de mangas por doquier me despedí del resto del pasaje, salí al mundo exterior y no veas que viruji, pero no había vuelta a atrás.


Por mi parte eso ha sido todo por hoy, no olviden sus obligaciones, prueben algo nuevo en el día de hoy y regresen cuando gusten (en el caso de que lo nuevo que hayan probado el día de hoy no era cicuta). Os dejo con una reflexión: Si Forrest Gump al final de su película, descubre ser el padre de Haley Joel Osment, eso quiere decir que Forrest, además de ser jugador olímpico de ping-pong, ir a la guerra del Vietnam, correr durante tres años seguidos, etc...¡Tiene hijos que ven a muertos!
"No se por qué estas tardando"

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