BIOGRAFRITAS ACONGOJANTES # 1

GUILLERMO MARTINEZ AUSPA Vecino de Ondarubia, durante su infancia vivió con sus padres, ayudándoles en las labores del campo, conociendo pronto el arte del escaqueo y meterse el dedo en el oído hasta sentir cosquillas en el cerebro, pero no fue hasta la adolescencia cuando descubrió que a las mozas casaderas les gustaba la metrosexualidad, el hombre este, que se había dañado el oído con tanto meter el dedo por el orificio auditivo malinterpreto el termino metrosexual por el de culturista, que mas o menos suenan igual y comenzó a musculares(el decía que era culturismo y claro, a la gente del pueblo todo lo que le suene a estudiar le parecía bien), como en la pequeña población de Ondarubia no hay gimnasios pues el hombre comenzó a usar lo que tenia a mano para autoflagelarse y ponerse en forma…levantar vacas, doblar ancianos cachaberos, practicar boxeo con otros zagales y como no, todos los días terminaba subiendo por las escaleras que da a la plaza a toda leche y terminaba dando saltos y levantando los brazos provocando diariamente brotes de peste pues surgían de sus sobaqueras

Un día se puso a leer un libro y al poco se lo encontraron desmayado en el suelo, desde ese día tuvo un miedo atroz a la literatura, con lo cual se empezó a entrenar con mas pasión para no verse nunca mas derrotado de una manera tan vergonzosa, se pillo por el discoplay la discografia de Survivor y le enviaron la de Boston, con lo cual cogio el primer trolebús que fuese para la capital y allí se nos planto, nada mas bajarse ya empezó a repartir hostias romanas a diestro y siniestro, al autobusero, después a una señora con perro, mas tarde a un expendedor automático, luego a una rueda que pasaba por allí y por ultimo al articulista becario por escribir esto

“Causantes de la moda Verano-Otoño 1983”

Cuando llego a los almacenes de distribución de envíos y exigió a base de dar con la garrota en el mostrador que se le entregase la mercancía que el había pedido mostrando en alto su albaran y con el otro brazo en alto formando círculos en el aire, se encontró a la horma de su zapato, un maromo salido de una cepa manchega, con un cuello toro mas inabarcable que el ego de Luis Aguile, pero en un movimiento hábil, raudo y restallante, le estampa un botello de gaseosa “La farina” en el tremendo cabezón del empleado el cual se desploma aplastando a dos empleadas

“Yo pensaba que los culturetas usaban cinturón para proteger la cadera, pero si te fijas este lleva riñonera para llevar la pasta”

A partir de ahí todo se forma un caos, empiezan a llegar las autoridades y Guillermo se va librando de todos los que se le echan encima, primero los de la policía local, luego la guardia civil, mas tarde los bomberos, pero nada pudo hacer contra dos inspectores de hacienda que pasaban por allí y preguntaron si podían participar, esos expertos en inmovilizar al personal no tardaron ni dos minutos en reducirle y sacarle lloroso. Una vez en una celda del cuartelillo mas cercano gracias a la meditación tuvo una visión de su tío Osorio envuelto en una toga amarronada y diciéndole que confiase en la fuerza, con lo cual a base de cabezazos logro hacer un orificio en la pared y pudo huir, echándose al monte y viviendo en libertad sin volver nunca mas a la civilización, como era un desastre humano, tampoco pudo orientarse y jamás regreso al pueblo, bueno, ni a ningún lado, al ser un infraser murió de inanición, pero su leyenda sigue vigente a día de hoy e incluso se rumorea que Disney puede que lleve su vida al cine y que Elton John lleve a cabo un musical en Broadway